The Brief And Wondrous Life of Oscar Wao

I

Imaginemos lo siguiente: Un noruego que saca de los estantes de una librería la nueva novela del escritor dominicano Junot Díaz: The Brief Wondrous Life of Oscar Wao. Después de leer el título de la novela, que en español sería algo así como La breve y maravillosa vida de Oscar Wao, lo primero que piensa es que se trata de una novela que narra las proezas sexuales de un dominicano. Por supuesto, que puede leer la contraportada para darse una idea del argumento. Pero imaginemos que no lo hace y que lleva la novela a la caja, tan sólo pensando que porque el autor es dominicano, la novela trata de un tipo que tiene un aparato de quince pulgadas y lo que es capaz de hacer con este. También esto lo pudieron haber pensado los miles y miles de lectores de Junot Díaz que conocían el nombre de la novela, preguntándose mientras esperaban la publicación de la novela, ¿quién es este Oscar Wao? ¿Un pelotero? ¿Un bachatero? ¿Un Sanky Panky extraviado en Europa? ¿Un trasunto de Porfirio Rubirosa o algo por el estilo?

A los que todavía siguen pensando esto, siento decepcionarlos, pero The Brief Wondrous Life of Oscar Wao no va por ahí. Es más, Oscar Wao, el protagonista, es virgen durante casi toda la novela. Es un nerd. En las primeras páginas, se advierte desde un principio que el héroe no es uno de esos peloteros o playboys dominicanos que se han hecho famosos en el exterior. Es más bien, un héroe que se encuentra en las antípodas de estos. Un antihéroe. Oscar Wao es un muchacho nerd de trescientas siete libras que habla como la computadora de Star Trek y anhela convertirse en el Tolkien dominicano. Una especie de muchacho exento del don de la seducción y la sabiduría milenaria dominicana. En pocas palabras y en buen dominicano, un muchacho que no tiene tigueraje, que se pasa el día recluido en su habitación, leyendo ciencia ficción o tecleando una computadora. Alguien que lleva a reflexiones como las que se leen en la página 12 de la novela y que traduzco así: «¿Quieren realmente saber que se siente ser un X-Man? Tan sólo sé un carajito inteligente y leído en uno de los ghettos actuales de los Estados Unidos. ¡Mamma mia! Es como si tuvieras alas de murciélago o un par de tentáculos saliéndote del pecho.»

Si a esto le sumamos sus delirios suicidas, su grotesca figura y su tendencia a enamorarse continuamente sin ser correspondido, tenemos al antihéroe dominicano por antonomasia.

Pero aún falta.

En la novela hay un pasaje en que Oscar se disfraza como el Doctor Who para una fiesta de Halloween en Easton. Unos dominicanos se topan con él y comentan que tiene un ligero parecido al escritor Oscar Wilde. Uno de estos pronuncia el apellido Wilde con acento dominicano, logrando un Oscar Wao, Oscar Wao, voceándolo continuamente hasta dejárselo de apodo.

Y para complicar todo hasta hacernos caer de la silla o quizás para comprender lo anterior, hay que señalar que Oscar tiene un fukú. Y no sólo eso, sino que su familia entera también.

Armada como si se tratara de una biografía, The Brief Wondrous Life of Oscar Wao narra la no tan corta vida de Oscar y su familia dominicana ambientada tanto en la República Dominicana como en los Estados Unidos. Aunque puede calificarse como novela posmoderna, novela de la diáspora, novela histórica, novela urbana, biografía novelada, metanovela, novela negra, novela de ghetto, es al mismo tiempo una novela inclasificable. Una novela en forma de ballena capaz de tragarse todo lo que encuentra a su paso. Una novela que como un ascensor se abre y se cierra para dejar entrar y salir personajes históricos mezclados con artistas pop actuales, adolescentes en fuga, prostitutas, gringos racistas, orcos, chivatos, cocainómanos, nerds de los ghettos, narcotraficantes, policías corruptos, bailarinas exóticas, campesinos sin cara, tirapiedras, criaturas mitológicas, superhéroes, taxistas evangélicos, chinos de Baní, conspiradores, asesinos, e incluso el mismo dictador Trujillo en persona.

Así como Oscar, su familia se encuentra signada por la mala suerte y un infortunio que ha conducido a varios de ellos a la desgracia y a la muerte. A esto en República Dominicana le llamamos fukú. Leyendo alguna de las reseñas que se han escrito sobre la novela, me doy cuenta de que la mayoría no se refieren al fukú. Michiko Kakutani no lo hace. A. O. Scott tampoco. Ni siquiera lo hace el dominicano Arturo Victoriano. ¿Qué es el fukú? La verdad no existe una definición de lo que es un fukú. Hasta ahora la palabra fukú o fucú no ha sido registrada en el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española. Del fukú lo que sabemos, es que la mejor forma de evitarlo es cruzando los dedos y repitiendo zafa. Para los gringos fukú es slum. Para los argentinos fukú es mufa. En The Brief Wondrous Life of Oscar Wao, el fukú es un virus que contrae la familia Cabral y que amenaza con exterminarla.

Precedida por una cosmogonía del fukú y dividida en tres capítulos, la estructura de la novela funciona tal si fuera el control remoto de un VHS. La primera parte está escrita en fast forward mientras la segunda está escrita en rewind. La última parte funciona como desenlace y hasta incluye un final sorpresa.

A la manera de David Foster Wallace y Patrick Chamoiseau, está minada de notas a pie de página que comentan de una manera irónica y sarcástica referencias históricas, lingüísticas y geográficas. Aunque también sirve para que de alguna manera, el narrador interactúe con estas referencias, recordándonos el ensamblaje biográfico de la novela a partir de documentos, cartas, notas y recuerdos.

Y es que la mezcla de géneros y subgéneros que se agrupan en la novela, crean una sinergia continúa entre el contenido y la forma. Por ejemplo, Azua, un pueblo del sur dominicano y caracterizado por su paisaje agreste y yermo, es visto como Ceti Alpha Six, como Tattooine, Salñusa Secundus, Doben – al, etcétera, referencias todas a planetas y lugares sacados de libros o películas de ciencia ficción. También está la referencia al Mongoose, un enorme hurón que parece sacado de una novela de C. S. Lewis y que en realidad forma parte del folklore de los campos dominicanos donde tradicionalmente se asocia con un ser protector. No sólo hay un guiño a los géneros de ciencia ficción, a libros como el Señor de los Anillos de Tolkien, a Dunes, a la serie televisiva The Twilight Zone, a los comics de Marvell o a Akira, sino también a la cultura pop actual, al folklore dominicano, a personajes históricos como Hatuey, Anacaona, María Móntez o a la página en blanco de Balaguer y a gran parte de la bibliografía sobre Trujillo. De alguna forma, con The Brief Wondrous Life of Oscar Wao, Junot Díaz le da el tiro de gracia a toda esa narrativa que ha permanecido varada en la era de Trujillo. Y lo hace con la gracia y la elegancia de un sicario experimentado.

En la página 167 nos percatamos que quien narra la novela es Yunior, protagonista de Drown, primer volumen de relatos del escritor dominicano. Mientras Drown es un libro deudor de la comunidad y la familia en que Junot Díaz se crió, The Brief Wondrous Life of Oscar Wao es un libro deudor de su biblioteca y sus lecturas.

Y luego está el lenguaje de la novela que es pura dinamita. A todo lo largo y ancho del libro, Junot Díaz utiliza un inglés oral, mal apellidado spanglish y que rumian los inmigrantes dominicanos en los Estados Unidos. Un creole que está más cerca de las experimentaciones de poetas caribeños como Walcott que de Cormac McCarthy y otros prosistas. Lo hace de manera tan precisa que hay que pensar en Junot Díaz como en una oreja humana gigante que sigue a los inmigrantes desde sus puestos de trabajo a sus estrechos apartamentos. A diferencia de otras novelas que utilizan el spanglish, Junot Díaz no utiliza las cursivas para las palabras en español, al menos que estas sirvan para enfatizar cierta referencia o expresión, sino que las presenta en el texto de manera normal para dar a entender que esa es la manera en que el narrador y los personajes se comunican. Pensemos en construcciones como, «Muchacha, you wouldn´t believe el lío en que me metí anoche o You ven acá.» O el siguiente pasaje en la página 93: «Gradually Beli began to see beyond the catcalls and the ‘Dios mío asesina’ and the ‘y ese tetatorío’ and the ‘que pechonalidad’ to the hidden mechanism that drove these comments.» O en juegos de palabras como: «Do you know what Pontiac stands for? Poor Old Nigger Thinks It’s A Cadillac.» O frases ingeniosas como «then, like now, Santo Domingo, was to popola as Switzerland was to chocolate.»

Como contrapunto, aparecen las cartas de Lola, hermana de Oscar Wao, en las que esta relata su vida en constante fuga, sus sueños de ser cantante punk y sus desavenencias con su madre. Sin embargo, de los documentos de Oscar que sobrevivieron a la mala jugada del correo dominicano, tan sólo aparecen breves citas y esa preciosa coda del final. En una entrevista leí que Junot Díaz tenía planificado incluir pasajes de las novelas de Oscar y algunas de sus ilustraciones, pero que intentó e intentó, hasta que desistió del proyecto. Lo veo bien, ya que Oscar funciona en la novela como el eje a través del que gira la triste saga de la familia Cabral. Piénsese en la hermosa Lola pelándose a caco y paseándose por el malecón de Santo Domingo. En la terrible Belicia, su mamá, golpeada hasta casi morir en un cañaveral del sur de República Dominicana. En el doctor Abelard Luís Cabral, su abuelo, torturado y vejado durante el régimen trujillista. En el mismo destino de Oscar. Todos ellos condenados por un fukú como si se tratara de una enfermedad hereditaria. Y ahora lo voy a decir de una vez por todas, The Brief Wondrous Life of Oscar Wao, es uno de esos libros que empiezan como comedia y terminan como tragedia.

II

Pongamos a Oscar Wao a un lado y hablemos de Junot Díaz. Este nace en la República Dominicana en 1968 y emigra a la edad de siete años a los Estados Unidos. Experiencia a la que el escritor se referirá como si su familia y él hubieran sido abducidos por un platillo volador y los hubieran dejado en otro planeta. En 1996, publica el libro de cuentos Drown, centrado en las peripecias de una familia que emigra de los barrios de Santo Domingo a la ciudad de New Jersey. El libro tuvo un tremendo éxito, convirtiendo a Junot Díaz en uno de los escritores más prometedores de los noventa. Lectores y críticos aguardaban el siguiente libro como si se tratara de la secuela de una película taquillera. No obstante, se acabaron los noventa y empezó el nuevo milenio sin ningún libro nuevo de Junot Díaz en las librerías. Debido a esto, surgieron los soeces comentarios de críticos envidiosos y una serie de teorías conspirativas acerca del escritor dominicano. Las más famosas eran dos: la primera refería que Junot Díaz tenía un fukú y la segunda aseguraba que un brujo estaba clavando alfileres en un muñeco parecido a él. Tuvieron que pasar más de diez años para que publicara su novela que se ha convertido de la noche a la mañana en un boom. A pocos meses de su lanzamiento, The Brief Wondrous Life of Oscar Wao, ha sido considerada por gran parte de la crítica norteamericana como una de las novelas más sobresalientes, explosivas e intensas publicadas en el transcurso de este año. The New York Times ha considerado el libro como el mejor volumen de ficción publicado en el 2007. Los estudios Miramax compraron hace unos meses los derechos para hacer una película. La espera ha valido la pena, rezan las elogiosas reseñas.

Y desde entonces, Junot Díaz anda con la novela bajo el brazo por librerías, cafés y universidades de los Estados Unidos, leyendo pasajes y respondiendo preguntas de fanáticos y de curiosos.

En una entrevista que ofreció a la revista Ping Pong, explicó que la traducción de la novela al español se encuentra en proceso y que está siendo preparada por la escritora cubana Achy Obejas. A esto agregó: «Las traducciones siempre son difíciles, siempre hay que hacer concesiones, solo espero que sepa transmitir el amor que tengo por ambas lenguas y por la comunidad.»

En una lectura que dio en las oficinas de Google y que vi hace unos días en You Tube, se refirió a su relación entre el inglés y el español, de una forma que recordaba la relación existente entre el doctor Jekyll y el señor Hyde. Ahora bien, ¿quién de las dos lenguas es el doctor Jekyll? No lo dice. Pero yo supongo que el español. En otra puntualizó que «no hubiera podido escribir este libro si no fuera por mi amor a una serie de libros. Sobre todas las cosas, este libro trata de un lector amoroso. Si lo piensas como un libro hecho a partir del oficio de un escritor, dejas afuera que es una carta de amor a las lecturas que he realizado durante toda mi vida.» Y en otra asegura que su próxima publicación no va a tomarle once años. Esperemos que esto último sea cierto. En el ínterin, aguardo por el libro en Santo Domingo, cruzando los dedos y repitiendo zafa, por si acaso.

by Frank Báez

(Santo Domingo, 1978) es editor de la revista virtual de poesía Ping Pong. Ha publicado el libro de poemas: Jarrón y Otros Poemas (Editorial Betania, Madrid, 2004), y el libro de cuentos Págales tú a los psicoanalistas (Editorial Nacional, Santo Domingo, 2007). Lleva el blog Frank invita.

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