Hay mitologías contemporáneas que, bien pensado, tal vez, merezca la pena seguir manteniendo.
Su poca claridad se acaba revelando mucho más productiva que su esclarecimiento. Al menos, para los personajes envueltos en tal o cual polémica.
Este es el caso del mítico -y supuesto- rechazo del poeta Carlos Barral, de la editorial Seix Barral, a la novela del premio nobel Gabriel García Márquez Cien años de soledad.
El incidente ha sido desmentido tanto por el propio Gabriel García Márquez, como por su agente Carmen Balcells, e igualmente así lo hizo Carlos Barral en sus propios diarios, achacando la infortunada desventura a un desliz. Él dice que Gabo le hubo de mandar un telegrama informándole de la existencia de la novela, con el propósito de sondear su interés por ésta.
Pero Barral, antes que atender el telegrama (junto al que se supone venía un manuscrito que llegó a sus oficinas en julio de 1966), prefirió -haciendo gala de su atildadísima indolencia- irse de vacaciones y así, al no recibir respuesta, y suponiendo que a Barral no le interesaba, Gabo, en parte por intermediación de Luis Hars, que estaba escribiendo un libro sobre el llamado «boom» lationamericano, se la cedió a Paco Porrúa. Éste la acabaría publicando en Buenos Aires en 1967 con una tirada inicial de 8.000 ejemplares.
Porrúa afirmó que tras leer la primera línea de la obra ya se había dado cuenta de la excepcionalidad de la obra y de que era su obligación publicarla.
El incidente, que data de mediados de los años sesenta, volvió a saltar a la palestra a finales de los años 70, en una polémica subsidiaria -y tal vez menos conocida- en la que se vieron envueltos Carlos Barral y Juan Goytisolo.
La cuestión es que, al parecer, el editor catalán hubo de rechazar en su momento (1968) la novela de Goytisolo Reivindicación del conde don Julián, o más bien, un «borrador aproximado» como así dice éste, y desaconsejó a José María Castellet que la aceptase como concursante válido para el Premio Biblioteca Breve de aquel año.
Esto, que por razones obvias no gustó al intelectual barcelonés -que en 2008 recibiera el Premio Nacional de las Letras Españolas- provocó un artículo en 1979 en el que Goytisolo, desde su tribuna de El País, volviese a sacar el tema del rechazo de Carlos Barral a Cien años de soledad, así como el de dos novelas más: De dónde son los cantantes (Severo Sarduy) y La traición de Rita Hayworth (Manuel Puig).
Carlos Barral le contestó que puede que hubiese cometido muchos errores editoriales en su carrera, pero que justamente no se trataban de esos tres que Goytisolo mencionaba.
Goytisolo, con la poca elegancia que le caracteriza (y en un práctica penosa que parece que vuelve a estar de moda hoy), hizo públicos en un texto posterior extractos de cartas que le mandasen tanto Carlos Barral como José María Castellet al respecto del premio Biblioteca Breve de 1968 y de su propia novela, para justificarse y dar a entender que la única razón por la que Barral no publicó Reivindicación… fue por cuestiones políticas, en particular porque tenía miedo de sanciones por parte del Ministerio de Cultura.
Esto, que podría haber quedado aquí, en un pequeño rifirafe, volvió a la palestra en 1990 al hilo de la reciente muerte del escritor Manuel Puig. Juan Goytisolo, todavía escaldado con Barral, volvió a las andadas, y así aprovechó la muerte del escritor argentino para hablar esta vez a las claras del premio Biblioteca Breve de 1965, que hubo de ganar Últimas tardes con Teresa de Juan Marsé. Según Goytisolo, la novela ganadora -según la votación del jurado- era la de Puig (La traición de Rita Hayworth), también presentada ese mismo año, y la única razón por la que ganó Marsé fue porque Barral impuso su criterio y amenazó con clausurar el premio si no resultaba premiada Últimas tardes con Teresa, de su amigo Marsé, a quien -siempre según Goytisolo- Barral habría prometido de antemano el premio.
Como es obvio, Juan Marsé escribió una carta al director diciéndole a Goytisolo que ya estaba bien de pataletas de niño malcriado y que dejase a los muertos en paz (Carlos Barral había muerto 1 año antes). A esto, Goytisolo, encantadísimo, contestó con otro nuevo texto diciendo que «oh, por dios, que él no hacía esas cosas feas de las que se le acusaban» y que, además, Juan Marsé es un «autor a quien aprecio y al que considero uno de los novelistas más valiosos de nuestra desdichada posguerra».
Aquí les dejamos un par de vídeos que explican detalladamente ambas polémicas y los enlaces a todos los artículos originales.
Que Vds. lo disfruten.
Juan Goytisolo: Nuevas cartas marruecas; de Ben-Beley a Gazel. El País. 24-07-1979.
Carlos Barral: Barral y Goytisolo. El País. 07-08-1979.
Juan Goytisolo: El hábito no hace al monje, ni la barba al Guevara. El País. 28-08-1979.
Juan Goytisolo: Manuel Puig. El País. 27-07-1990.
Juan Marsé: Respuesta a Juan Goytisolo. El País. 29-07-1990.
Juan Goytisolo: Sobre Manuel Puig y Carlos Barral. El País. 31-07-1990.
Juan Goytisolo: Apostillas a un artículo. El País. 06-08-1990.
es autor del libro de relatos Fin de fiestas (Suburbano, 2014), además de crítico literario y miembro de la AECL (Asociación Española de Críticos Literarios). Escribe sobre arte y cultura para diferentes medios impresos y digitales. Forma parte del equipo editorial de Hermano Cerdo.
Sencillamente fascinante. Gracias.