Si puedes, evítalo

Tras una rápida revisión de reseñas de la sauna Adán en Madrid (San Bernardo, 38) se concluye que: (1) La Adan, como le dicen sus regulares (así, con acento en la primera a), *no* es una sauna de esparcimiento para finlandeses expatriados que buscan un lugar donde sentirse de regreso en casa. La Adan, como tantas otras saunas españolas, es un lugar de adquisición de sexo en un ambiente anónimo, libre de etiquetas sociales que ralenticen el ligue y relativamente seguro. Digo relativamente porque (2) en varios de los comentarios sobre el servicio de La Adan se menciona a un misterioso búlgaro que roba dinero a los clientes distraídos o inconscientes. Asímismo se reportan incidentes de pérdida de valores en los casilleros de los cuales culpan a los chaperos (o rent boys o muchachos o chicos) aunque algún cliente satisfecho aclara que los chaperos no tienen acceso al área de casilleros así que vaya uno a saber. (3) El servicio promedio por media hora de masaje y ajá son cuarenta euros (se recomienda aclarar el precio con el boy antes de embarcarse en el servicio para prevenir malentendidos). Los chicos provienen mayoritariamente de Brasil (lo que parece ser altamente apreciado por la clientela), pero también hay cubanos inmensos y complacientes y rudos búlgaros. Alias Redbacchus se queja de que desgraciadamente no hay árabes. Algún otro dice que el espacio dedicado al teatro porno está subutilizado y debería más bien hacer parte del bar. (4) Alias Italsub, por su parte, titula su comentario Ok if you want quick sex with rent boys pero luego dice, al respecto de los muchachos, que they are not easy, not friendly and sometimes even not goodlooking. if you can, avoid it. Si puedes, evítalo. A esto iba. No parece ser un lugar fácil. No es un sitio donde alguien quiera quedar atrapado para siempre.

Mansos, la primera novela de Roberto Enríquez, utiliza la sauna Adán como escenario para una historia criminal de exploración interior. En Mansos la sauna es un lugar laberíntico y lúgubre que funciona bajo códigos estrictos de comportamiento y trato para garantizar seguridad y confidencialidad. Al entrar, el cliente acepta (tal vez porque así lo desea) renunciar a su identidad momentáneamente, dejar el mundo en el que es y convertirse en una entidad más sencilla, más básica, ajena a todo eso que está afuera. Su sentido de lo propio se deshace online casino al tiempo que se desnuda. Cáen los antifaces y las máscaras. Dentro de la casino online sauna, con su toalla y su pulsera/llavero identificador, el cliente es un número asignado a un casillero que interactúa con otros números con los cuales acuerda números a cambio de intercambios de placer. O de la simulación casino online de afecto sin el compromiso emocional. O de la ilusión de despertar el deseo de otro. O, en resumen, de la negación temporal de la soledad.

Es en ese contexto al mismo tiempo online casino sucio y formal casino online de búsquedas, intercambios y transacciones donde conocemos a Mateo (gordo, marica, enfermo y borracho), quien está a punto de cumplir treinta y cinco años y no quiere caminar de noche en este estado por Madrid. Y a medida que online casino Mateo se desnuda y recorre los espacios de la mobile casino sauna, a medida que casino Mateo se transforma en el Número While the online slots most-followed profiles among the general Twitter population consist mostly of celebrities, such as Katie Perry (more than 51 million followers), justin-bieber-news.info (50 million) and Lady Gaga (41 million), the entrepreneurs surveyed follow a different set of profiles. 26, transa un servicio con «Darío» y se aleja de sí mismo para poder mirarse bien, asistimos a sus recuerdos juveniles de sus primeras noches de cruising, a las memorias de un «Nacho» que no fue, y las We look at 10 buy-detox.com/shop/urine-drug-test-detox-pills/vales-2-detail products available on pharmacy shelves online casino to find out whether they really act as an «internal broom», or whether all of the sweeping claims are merely unfounded marketing spin. decepcionantes exploraciones iniciáticas de ese mundo clandestino donde pensaba que dejaría de ser raro y excluído.

Al salir del parque, Alcalá cuesta abajo, Gran Vía arriba hasta Chueca año 1989, donde en insalubres tugurios oscuros te decepcionó no haber dado con los compatriotas que habrías esperado encontrar en tu jornada inaugural; habitantes de ese imaginario país marica al que se encargarían de darte la bienvenida nada más verte atravesar la puerta, tras rozar With their tentacles wrapped around every inch of our lives, the virtually ­unregulated affordablehealth.info com­panies take 12 cents out of every dollar you earn, whether or not you are ever in an accident. con sus dedos los arañazos que te marcaron la cara al cruzar la alambrada desde Otro País, el mismo del que ellos habían huído, donde eras único, o eso creías tú, para de repente ser uno más, o eso creías tú, y te equivocabas: jamás se es único, jamás se es uno más. Se está siempre solo. Y solos no sabemos nada del resto como para averiguar quiénes somos únicos ni idénticos. Constantemente en tránsito, turista permanente, sin tiempo suficiente para considerarse frente a los demás.

Y ya dije, ya nos advirtieron varios clientes disgustados, que La Adan no es un lugar seguro. Se puede perder todo. Ese es el riesgo. No es un riesgo que se pueda tomar ligeramente. Aunque el cliente acepta (y hasta acoge) la transfiguración en número, lo hace bajo el supuesto de que este período de anonimidad es temporal y controlado en buena parte por sus deseos (y su poder adquisitivo). Pero entonces Mateo pierde (le roban) su cartera y con ella todas sus posesiones; todas esas cosas que le permiten salir de la sauna, pagar y disfrazarse para volver a ser él mismo. Su cartera, su dinero, sus tarjetas, su teléfono, sus llaves. Esos números clave que configuran/definen/protejen su identidad.

He ahí el crimen que desencadena y guía la narrativa de Mansos. La pérdida de sus posesiones convierte a Mateo en detective en toalla que recorre la sauna desesperado por encontrar la cartera robada. Pero al tiempo, confrontado a la pérdida potencial de la propiedad sobre sí mismo, pierde la seguridad de la ropa y el dinero y se juzga sin indulgencias en un monólogo interno confesional de prosa durísima y en ocasiones simplemente brutal, que recorre (con el mismo desespero que la sauna) los momentos más oscuros de su vida.

El producto de este ejercicio es un engendro sustancioso de 117 páginas (aquí a la venta en ePub) que combina la prosa reflexiva con detalladísimas descripciones físicas (que son proezas en sí mismas). Pensamiento y acción que se interalimentan en un thriller inesperado (a ratos humorístico y a ratos descarnado) donde el conflicto central no es el crimen perpetrado sino lo que el crimen expone: la mansedumbre terrorífica, tranquilizante y liberadora de no saber quiénes o qué somos cuando perdemos lo que pensábamos que nos definía.

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by Javier A. Moreno

nació en Bogotá en 1977. Es coeditor de Hermano Cerdo y ha escrito dos colecciones de relatos. Vive en Canadá. Su blog es Rango Finito.

2 Replies to “Si puedes, evítalo”

  1. 1
    Javier

    Los búlgaros de esta sauna, son de lo peor: se drogan, ofrecen drogas a los clientes y luego, cuando éstos contratan sus servicios, les piden cantidades exorbitantes de dinero y si cuando los clientes vuelven a la consciencia, no se lo quieren dar, les amenazan.
    Deberían ser denunciados y estar todos en la cárcel.

  2. 2
    Gianni Verona

    Increíble que un sitio así pueda funcionar en el barrio gay de Madrid. La misma comunidad gay debería protestar este antro de ladrones, enfermos e ilegales ofreciendo servicios sexuales. Los prostitutos fuman por todos lados convirtiendo el lugar en un sitio de alto riesgo.

    Quizás sus dueños mafiosos tienen más poder que la ley! Está mas que claro. Un sitio así no tiene lugar en el primer mundo.

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