Los Anti-Premios y Fernando García Maroto

1.

En su artículo Sospechas, del pasado 7 de octubre [1. Ignacio Echevarría. Sospechas. El Cultural. 07-Octubre-2011] , razonaba el crítico Ignacio Echevarría sobre la trama perversa (soportada por su propio sistema de funcionamiento) de los premios literarios españoles. Se refería en particular a dos premios, aunque no los mencione explícitamente, el primero es el de la editorial de un gran grupo cuyo premio está patrocinado por una caja de ahorros andaluza y el segundo es el de una revista literaria que, además, se dedica a organizar festivales de literatura.

Se quejaba Echevarría de que el jurado «lee apenas media docena de originales, seleccionados entre los varios centenares presentados al premio». Lo decía el crítico con bastante benevolencia, así:

«Este radical acotamiento del campo de observación permite a los organizadores del premio (que, como es usual, forman parte del jurado) determinar tendenciosamente su decisión. ¿Cómo? Colando entre los originales seleccionados aquel o aquellos que, por las razones que sea, tienen un interés particular en destacar.»

De lo que dice Echevarría han de inferirse dos cosas: 1) que la criba la suelen hacer estudiantes universitarios, de escuelas de escritura o de másters de edición y 2) que hay ciertos libros que no pasan la criba, sino que llegan desde las manos del editor a las del jurado.

Siendo así, la igualdad de oportunidades queda bastante en entredicho.

2.

Respecto al punto nº 1 la cosa ya está creando cierta polvareda (no en España, por supuesto) y así ha sucedido que la editora de la revista literaria universitaria Passage North, Jennifer A. Howard, ha tenido que salir a desmentir –aquí– que en su revista sean estudiantes de MFA quienes realicen tal labor crítica.

El punto nº 2 es más difícil de subsanar, pues siempre quedará la sospecha de la manipulación. Sin embargo, Robert Alan Wendeborn desde la bisoña revista Uncanny Valleyaquí– propone una solución: nada de secretismos, los nombres de los participantes deben hacerse públicos, así como los textos y las valoraciones de los jurados. Claro que Wenderborn se refiere específicamente a los concursos que piden una cuota de inscripción (a dios gracias que tal práctica no se ha extendido en el ámbito hispanohablante).

3.

Claro que hay quien tira por el carril contrario y crea los Anti-Premios.

Es lo que ha hecho la editorial Eutelequiaaquí-, dirigida y fundada por la hispano-polaca Clea Moreno Szypowska, al poner en marcha su Premio Eutelequia de Novela 2011, cuyo ganador ha sido Fernando García Maroto con su obra Los apartados.

No nos parecen mal este tipo de iniciativas, qué duda cabe, pues muy pocos premios hay para autores emergentes, pero dada tal circunstancia, quizá sería bueno que estos premios viniesen a solventar la falta de transparencia de los otros, de los ya instituidos. Saber del jurado, acerca del número de manuscritos presentados, las votaciones y los nombres de los finalistas, quizá sería una ventaja competitiva mucho mayor que constituirse exclusivamente con el signo promocional de los anti-premios.

Para quien quiera saber un poco más sobre el autor, quien «reivindicó la figura de Juan Carlos Onetti, al que agradeció ser el precursor de las novelas pesimistas que hablan del fracaso, la desesperación y la angustia» en su speech de agradecimiento –aquí– , puede leer algunos extractos de sus anteriores novelas (inéditas) –aquí-.

En fin, amigos organizadores de concursos literarios, desde aquí les pedimos un poco de transparencia, menos promoción en twitter y más información clara y concisa; les instamos a que apuesten por los concursos abiertos, sumándose a esa necesidad de realidad, equidad, justicia y democracia que se impone en todos los demás órdenes de la vida contemporánea.

by J.S. de Montfort

es autor del libro de relatos Fin de fiestas (Suburbano, 2014), además de crítico literario y miembro de la AECL (Asociación Española de Críticos Literarios). Escribe sobre arte y cultura para diferentes medios impresos y digitales. Forma parte del equipo editorial de Hermano Cerdo.

3 Replies to “Los Anti-Premios y Fernando García Maroto”

  1. 2
    J. S. de Montfort

    Hombre, Jorge, quizá sí, o no.
    Pero bueno, para mí lo importante es que hay cosas que deben quedar dichas.
    Es el primer paso hacia el cambio: señalar las falencias de un sistema determinado.
    Luego ya la materialización específica del cambio… en fin, ya será responsabilidad de aquel a quien competa.
    Desde aquí poco más que el decir nos queda, y debemos aprovecharlo no siendo condescendientes con nadie, sino siempre buscando lo mejor (así sea un propósito idílico e inalcanzable).
    Para mí eso ya es suficiente.

    Un saludo.

    J.S. de Montfort

  2. 3
    Grieving father

    Y tienes toda la razón, J.S. Tengo de natural cierta inclinación al cinismo, y en mi comentario está muy marcada.
    Haces muy bien en señalar las patas de las cojea el sistema, que no te quepa duda. El pesimismo es mío. Es mi modo de ver el mundo, y entenderás que se debe a circunstancias muy personales.
    Un saludo,
    Jorge.

+ Leave a Comment