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Antonio Attolini fue nuestro Cohn-Bendit para tiempos menos imaginativos. Y más rápidos: su transición de líder moderado-carismático-y-medio-guapo-de-pantalla del YoSoy132 a comentarista de Televisa se adelantó a la agónica transición presidencial cuya cobertura televisiva ya sólo interesa a masoquistas y damnificados de la elección. Pocos corazones se estrujaron con el promocional de Sin filtro, el programa de debates con el que Attolini y figuras de menor relieve del movimiento estudiantil intercambian su militancia por un Espacio para Difundir las Ideas del Movimiento de Los Jóvenes. Los pocos que todavía creían en él han convertido en tweets la envidia y el resentimiento.
La semana que trascurrió entre la aparición del promocional de Sin filtro (rápidos movimientos de cámara, jóvenes hip(st)er energéticos que hablan cara a cara y de tú a tú con el espectador) y la primera emisión, Attolini se dedicó a explicar que organizar el Occupy Televisa y después trabajar en Televisa no es incongruente. Si se mantiene firme en sus convicciones y no cambia su línea argumentativa nadie podrá acusarlo de haberse vendido o integrado. Hay dos vetas de las que surge este razonamiento: la natural tendencia nietzcheana de la juventud a valorar el Yo y la Voluntad por encima de cualquier consideración (en la orfandad mediática yo también creí que hay ocasiones en las que hay que llevar la voluntad hasta la estupidez); y la condición de político y no de intelectual de Attolini (Soy el mismo. No he cambiado nada. De Perón a López Obrador, de Sarmiento a Fujimori, ¿qué político latinoamericano no ha negado sus cirugías mayores cuando vuelve del exilio ideológico?).
Nunca me gustó Attolini. Sus respuestas en la entrevista que le hizo Carlos Loret de Mola en el matutino de Televisa no me parecieron heroicas, sólo correctas. Prefería a sus demás compañeros visibles: la de pelo rosa, el que hablaba chistoso y retaba a los reporteros, el de barbas ralas que le salían de la barbilla y las ojeras. Jóvenes acomplejados, ridículos e impetuosos. Más tolerables que ese tirano en busca de todos los trofeos de Toastmasters.
¿Por qué Attolini aparenta treinta y dos años si sólo tiene veintidós? Trece años después la historia se repite como farsa: en 1999 la huelga de la UNAM fue encabezada por un fósil treintañero ultra. Attolini sólo parece un fósil treintañero ultra. Con la velocidad a la que México hace la transición del analógico al digital, nuestro anti Dorian Gray puede correr la suerte de ser el eterno joven-maduro-realmente-joven de las mesas de debate.
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Genaro Lozano, el moderador del programa, me resulta familiar. Su espeso copete estilizado rivaliza con la cabellera institucional de Enrique Peña Nieto. Creo que es uno de los moderadores del debate presidencial del YoSoy132 (que sólo se transmitió por internet porque entonces Televisa, Milenio y Tv Azteca eran plataformas arcaicas e inaceptables). Explica que los panelistas (cuatro hombres y dos mujeres) no son miembros del YoSoy132 “aunque seguramente tú reconoces a un par de ellos por su participación en ese movimiento en el pasado”. Sólo le falta guiñarnos el ojo para sellar nuestra complicidad. ¡Son ellos, son los mismos, ya los conocemos! Nuestros jóvenes sólo siguen a sus mayores en el cuento engañabobos que dice que romper la cuarta pared te convierte en la quinta columna.
Los primeros quince minutos de Sin filtro tratan del pesar o indiferencia que les despierta la bilis que supuró en la red tras el anuncio del programa. La primera en tomar la palabra es Gisela Pérez de Acha:
(…) me había unido a 132 en un inicio pero me salí porque no estoy de acuerdo con el proceso de toma de decisiones que me parece muy autoritario al interior del mismo. (…) Yo estoy aquí porque el estado falló. (…) Y ante un Estado Fallido pues surgen corporaciones privadas como Televisa que terminan regulando la libertad de expresión y dictando contenidos en términos de qué se dice, cómo se dice, cuándo se dice, cuánto tiempo se dice y hasta qué musiquita le ponemos de fondo para darle cierto touch al asunto. Entonces, en este contexto, y dado que el estado falló, pues estamos nosotros hincados esperando a que la bondad de Televisa abra espacios donde se simule, quizá, pluralidad al interior del mismo. Y, en este sentido, creo yo, yo estoy aquí para simplemente ejercer mi libertad de expresión. No tengo interés de democratizar los medios por esta vía. No tengo interés de salvar a la juventud ni nada por el estilo.
Nada de pedir lo imposible ni buscar playas bajo los adoquines. La sensatez y la resignación se han impuesto.
El siguiente panelista es un ñoño irremediable que muestra la verdadera pluralidad de Sin filtro. Con suetercito rojo de cuello V, Jorge Galván representa a la militancia juvenil del PRI. Genaro lo interroga sobre su inusitada presencia. Galván se presenta como el priista incómodo. En la guerra de las apariencias Galván es el Caballo de Troya del PRI. S Infiltro.
Twitter, igual que esta mesa, es un espacio de diálogo. Nada más que la gente no lo concibe así porque existe esto de que ay, Televisa, y el espacio televisivo. (…) Yo aquí vengo a ejercer la misma crítica que hago al interior de mi partido. ¿Por qué? Porque al interior mi partido se necesita más critica que hacia fuera. Esa es la forma en la que yo pienso. Yo no vengo aquí a defender a nadie. Yo vengo a generar crítica.
Los dos panelistas siguientes serán las primeras víctimas del sistema de rotación del programa. Marco Vinicio y Daniela Higuera, desde una posición más tímida y conciliadora, repiten los argumentos de Galván y Pérez de Acha. Genaro aprovecha que Daniela Higuera es la guapa-risueña-no-conflictiva:
Genaro:¿Y eres Rebelde como ponían ahí en el Twitter?
Daniela: No, no soy Rebelde. No soy, pero… ji ji.
Saben que sus ex amigos los compararán con todos los proyectos juveniles del duopolio televisivo, pero Sin filtro se parece más a TKE? y Pequeños Gigantes que a Rebelde. Los conductores-niñera de estos programas condescendientes aquí están fuera de cámara: es la cúpula mediática que se ríe de sus ocurrencias y se sonroja con sus picardías, pero que le garantiza al televidente que las payasadas no irán por el cauce de la indecencia. Y no se parecen a Rebelde porque los panelistas no son fiesteros frívolos, son Lisas Simpson inflados por la edad. No aguantan una juerga pero pueden sermonear hasta el amanecer.
El penúltimo panelista, Jorge Pérez, es el más incompetente. Son tres sus propósitos: “aterrizar un poco los temas, de manera que se vean desde el punto de vista del individuo”, “reivindicar esta idea de que los jóvenes son el futuro de México. A mí me parece que en este momento histórico de México los jóvenes no son el futuro de México. ¿Por qué? Porque los hemos olvidado” y:
…de paso si puedo hacer un sextape bien producido.
(Risas.)
Genaro: ¿Y subirlo a dónde?
Jorge Galván: ¡No, venderlo!
(Risas.)
Una sospecha maliciosa puede echar luz sobre el fichaje de Pérez. Genaro así lo presenta: “Astroboy. Es Astroboy, es Jorge pero en Twitter es @astroboy y aquí le decimos Astro”, lo que provoca murmullos. No es la única deferencia extraordinaria de Genaro con Astro. En el siguiente bloque así le cede la palabra antes de reír:
Genaro: ¿Qué entienden por democratización de medios? Astro.
Astro: Si me permites, Genaro…
Genaro: Por supuesto…
¿Es Sin filtro una excusa para un reality romántico? ¿En la ausencia de debate trasladarán la atención a las transas del casting? Televisa no les dará tanto juego y el escaso rating los mandará al panteón de celebutantes. Escándalos sexuales o que Attolini confiese su verdadera edad es lo único que les conseguirá una segunda temporada en 2013.
Fiel a los esquemas rígidos de las galas de Televisa, Genaro reserva para el final el plato fuerte:
Genaro: El incongruente según las redes sociales, el vendido, el que ha sido más masacrado. En Twitter, en Facebook. El traidor. ¿Qué le responderías a toda esta gente, Antonio?
Antonio: La congruencia significa tener una práctica sostenida de una o más acciones con sentido y dirección. Y yo sí estoy siendo congruente. Y yo sí voy a señalar, como bien lo señala Gisela, que este no es un Estado Fallido pero sí un Estado Débil. (…) También voy hablar de lo que dice Jorge, que de los jóvenes no se habla. (…) También voy a hablar del uso, del mal uso y del abuso del espacio radioeléctrico amparado en ciertas libertades fundamentales, como la libertad de expresión. Tengo la información, tengo los argumentos. Y al igual que lo hacía afuera lo hare aquí dentro en un espacio en el que compartiendo con diferentes puntos de vista y viendo a una cámara que está magnificando este discurso para poder llegarle a la gente que… bueno, pues ni internet, ni interés político más allá de… si ve o no la televisión, pues que le llegue el mensaje para seguir motivando e inspirando de que la protesta no nada más se vale sino que es muy necesaria.
(…)
Genaro: Según las críticas habías traicionado al YoSoy132, ¿tú eres 132?
Antonio: Yo pertenecí hasta que me expulsó la asamblea local. (…) Y ese día que estuve frente a Televisa y le grité ‘Es necesario que exista un nuevo esquema para el uso de la información’, y nos invitaron para pasar y entré y di la entrevista sobre por qué estábamos haciéndolo… Esa congruencia desde el día Uno es lo que me tiene hoy actuando y diciendo lo que estoy diciendo en este momento. Entonces, ¿soy 132?, pues sí, como cualquier persona que haya visto esta situación en México y el mundo.
En el primer oasis de comerciales me pregunto por qué Sin filtro no es sólo un larguísimo monólogo de Attolini. Más rápido nos convencerían los directivos de Televisa de la insensatez que es dejarle una hora de televisión a un menor de cincuenta años. Sin dejar de girar un bolígrafo al ritmo de su verborrea (insufrible para quien hace la transcripción estenográfica) en menos de dos minutos Attolini recita una definición de diccionario, resume a modo lo que dijeron sus compañeros, se jacta de tener información certera, explica las consecuencias de aparecer en televisión, califica a sus televidentes de ignorantes que sólo con su intervención saldrán de las cavernas, reivindica su pasado de inspirador de la protesta, desconoce a las asambleas de su ex movimiento y lo trivializa como la expresión de cualquiera que esté descontento por algo, alguna vez, en alguna parte: “soy tan 132 como cualquier persona que busca un país más justo, más libre y más próspero”.
Aclaración: Attolini y compañía son televisos pero no son Una Estrella Más del Canal de las Estrellas. Les cedieron las diez de la noche en Foro Tv y hay carreras más sólidas que de allí saltan a las filiales de provincia. La discusión ontológica que les produce la consciencia de estar en la televisión la copiaron de los protagonistas de los realities que tanto deberían despreciar. ¿Qué hacemos aquí?, se preguntan. Y antes de fin de año lo sabrán: quedarse sin amigos en spare time.
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Durante los cuarenta minutos restantes nuestros jóvenes discuten la equidad en los medios de comunicación. Lo mismo da que discutan los reglamentos forestales cuando la agenda noticiosa exige que hablen de la reforma laboral que pactaron los partidos durante la resaca postelectoral. Pero lo mismo da que hablen de cualquier cosa, pues son las escuelas mexicanas de élite las grandes expuestas por Sin filtro (en las Admisiones). Ya sabemos que entre el alumnado no saldrá el fundador del próximo Facebook, pero tampoco hay que pasarse. Nos pagan para educar, así que alguien no está haciendo su trabajo o de fábrica ya vienen más tontos.
Cuando los estudiantes del ITESM, ITAM y CIDE logran quitarle la palabra a Attolini, es para espetar los mismos lugares comunes y slogans de su líder. La necesidad de un obdusman en Televisa. Más cadenas de televisión (a nadie se le ocurrió sugerir la desaparición de las actuales). Reformas legislativas. Banda Ancha para todos. Independencia para la Cofetel. Compromisos de los actores políticos y el sector privado. Involucramiento de la sociedad civil. Lo mismo de siempre. La carta de buenas intenciones. Pero de análisis nada. En el mejor de los casos.
Como alumnos de Cero en conducta gritan al mismo tiempo, se abuchean, son sarcásticos, celebran socarronamente quitarle el espacio televisivo a su enemigo (de antes, de cuando eran del movimiento, del que siguen orgullosos) Ricardo Alemán, se acusan unos a otros de tener información incompleta. Esto le pasó es más de una ocasión a Attolini, que recitaba de oídas anécdotas archiconocidas de Emilio Azcárraga Milmo (cuyo segundo apellido confundía).
Creo que serán tan fugaces que me conformo con que lleguen a diciembre, a pesar del buen augurio con el que Genaro despidió el programa:
Este programa funcionará conforme a los semestres universitarios. Esta primera temporada, por llamarla de alguna forma, durará de hoy al primero de diciembre, justo cuando ellos tienen que estudiar para sus exámenes finales, y regresará al aire en enero, cuando empiecen de nuevo los semestres. Por ello, si de repente nos deja de ver, no es porque ya nos censuraron, simplemente porque están estudiando.
Así que no se preocupe: no van a correr a nadie porque no le van a tocar las narices a nadie. Y ya sabe: cuando no vuelva a verlos es porque se fueron de intercambio a Estados Unidos y a Europa. Y si tienen tele, ahí se ven.
Dejémonos de romanticismo o imaginemos un sujeto del cambio histórico menos pusilánime que la juventud.
(Tijuana, 1982) es Doctor en Filología Hispánica por la Universidad Autónoma de Madrid. Catedrático de Literatura Hispanoamericana Contemporánea de la Universidad de Monterrey. Actualmente hace una estancia de investigación en la Universidad Pompeu Fabra.
Estoy de acuerdo con todo lo que mencionas excepto con el punto referente a las escuelas. Como integrante de una de ellas (TEC) te puedo afirmar que existen (existimos, quizás) alumnos con un mayor conocimiento de la realidad que todos ellos (juntos) y es una lástima la falta de transparencia en los criterios de elegibilidad como lo mencionas, aunque en última instancia ayudan al propósito de Televisa de desacreditar a la juventud. Saludos.
Hellooooooo! Es sin duda una expresión que en esas juergas que tus protagonistas no aguantan se ha de escuchar a raudales. Sinceramente noSoy132 y nunca lo fui, los jóvenes bailan reggaeton o piensan en su próximo celular antes que encontrar la voluntad de leer una biografía política. SIN FILTRO sólo vino a darle espacio a quienes lo pidieron. De acuerdo a OJOS DEL PUEBLO soy un fascista al querer la expropiación de las cadenas actuales pero creo que es necesario para evitar la generación de más programas como este. Porque este es un tema del que no se habla.
No entiendo de qué habla «El Machín», en serio. Todo lo demás, muy bien.