Nos enteramos por un artículo del suplemento Cultura/s de La Vanguardia (nº 644 / 22-X-2014), firmado por Ignacio Julià, del proyecto web Call Me Ishmael. Logan Smilley es el ideólogo de este foro digital donde compartir pasiones literarias. Se trata de algo muy sencillo: uno llama a un número de teléfono de voz y cuenta de qué modo un libro en particular quedó impreso en su memoria, cómo transformó su visión del mundo o por qué le impactó (o no) y de qué modo. Vaya, confidencias íntimas en torno al libro preferido.
Recibido el mensaje, Sam Johnson, amigo del instituto de Smilley, edita el audio y lo sube a la web. Gracias a esto se está construyendo un catálogo que, en palabras de Smilley «es una visión mejorada, evolucionada y hermosa de la humanidad». Quizá es un poco exagerado, visto así, pero lo incuestionable es que, gracias a Call Me Ishmael se nos da la oportunidad de escuchar las confesiones sinceras de la gente respecto a su relación con los libros.
Ignacio Julià lo expone así, dice:
«Mientras el crítico literario analiza el funcionamiento y alcance de una obra, el lector anónimo interioriza y asimila su trascendencia, que es lo que el autor en realidad buscó. El conducto directo de la emoción propia a la ajena, la transmisión de conocimiento entre semejantes»
Pues eso, que una media de veinticinco personas diarias graban sus alocuciones, que pueden ir consultando aquí.
es autor del libro de relatos Fin de fiestas (Suburbano, 2014), además de crítico literario y miembro de la AECL (Asociación Española de Críticos Literarios). Escribe sobre arte y cultura para diferentes medios impresos y digitales. Forma parte del equipo editorial de Hermano Cerdo.
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