La última burbuja editorial

las busquets

Esther Tusquets y Milena Busquets

 

En su columna de esta semana, titulada «El último pecado de la burguesía», el escritor argentino Maximiliano Tomás habla sobre un tema candente y al que, me parece, no se le ha prestado la suficiente atención. Se trata de esa nueva burbuja editorial que consiste en presentar un libro a los lectores con el marchamo de su éxito entre los agentes editoriales de la Feria de Frankfurt. Ya habíamos visto la estrategia utilizada por Seix Barral para el lanzamiento de Intemperie, de Jesús Carrasco. Sin embargo, aquí, con el libro También esto pasará (Anagrama, 2015), de Milena Busquets, la estrategia se ha refinado (o acaso se ha vuelto endiabladamente osada) y ya el argumento de la venta de múltiples traducciones y de su éxito previo en la feria de Frankfurt aparece mencionado en la faja, como aval de calidad.

Sobre la camisa del libro, escribe Tomás:

«lo que aquí se destaca, por sobre cualquier otro atributo, es el interés alcanzado por el libro en el reducido universo de los agentes editoriales (¿qué significará «arrasar» en este contexto?). Un éxito obtenido, para mayor sorpresa, incluso antes de que el libro fuera publicado (la feria sucede en el mes de octubre y También esto pasará apareció en enero de 2015).»

Las razones, nos dice Tomás, no son complicadas ni misteriosas, sino más bien obvias. Milena Tusquets es hija de Esther Tusquets, fundadora de la editorial Lumen y y sobrina de Óscar Tusquets, cofundador del sello que aún lleva su apellido. Ambos fueron miembros destacados de «aquella burguesía catalana que encontró en la edición, hacia fines de los años sesenta y principios de los setenta, un oficio donde volcar su rebeldía, ilustración y refinado gusto de clase, en momentos en que el poder del dictador Francisco Franco comenzaba a declinar», así como de la Gauche Divine. Así las cosas, dice Tomás:

«hubiera sido raro que una novela surgida del núcleo de la gran familia de editores catalanes no despertara el interés de sus pares».

Pero, ay, ¿y los lectores? se pregunta Tomás. Qué pasa con ellos, que los editores hace tiempo ya que los tienen (nos tienen) bastante olvidados… Pues pasa que, al leer el libro, se encuentran con que no hay nada en él que «en ningún momento sorprenda ni descubra algo que no supiéramos de antemano»; concluye así Maximiliano Tomás su lectura del libro de Milena Busquets:

«No toda neurosis se convierte por sí misma en literatura, ni se distingue, por la mera publicación en formato libro, de un ejercicio público de narcisismo».

Resulta llamativa la categórica sentencia de Tomás, teniendo en cuenta la ovación unánime que el libro ha cosechado en la prensa española.  Lo cual plantea dos preguntas: ¿se contagiaron los reseñistas patrios de la (fundada o infundada, tanto da) excitación de los editores hasta repetir a pies juntillas las bondades de la obra que se vertieron en su campaña de promoción? Y dos: ¿el único recurso que le queda a la literatura para incidir en el discurso público es la nostalgia?

by J.S. de Montfort

es autor del libro de relatos Fin de fiestas (Suburbano, 2014), además de crítico literario y miembro de la AECL (Asociación Española de Críticos Literarios). Escribe sobre arte y cultura para diferentes medios impresos y digitales. Forma parte del equipo editorial de Hermano Cerdo.

2 Replies to “La última burbuja editorial”

  1. 2
    Marga Iriarte

    Los lectores ya no confiamos en las alharacas publicitarias. Lo de este libro, que no he leído ni tengo intención, ha sido de traca. Nos lo han metido hasta por las orejas.Está claro que en las editoriales están secos de ideas, van a saco a ver si venden algo. Pero como dijo no sé quién, no se puede mentir a tanta gente durante tanto tiempo. O sí, que ya no sabe una qué pensar.

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