La cosa va así, se trata de alinear estratégicamente tu cara u otra parte del cuerpo junto a la que aparece en la portada de un libro para que se produzca una mezcla curiosa entre el arte de la tapa y la realidad del cuerpo humano.
Bibliotecarios y demás amantes de los libros postean semanalmente las fotos en Instagram, con el tag #BookfaceFriday, un hashtag que comenzó a utilizar en agosto de 2014 Morgan Holzer, de la Biblioteca Pública de Nueva York. Esta mini tendencia está contribuyendo a una mayor presencia de las librerías en el ámbito digital, unas instituciones que se caracterizan precisamente por suministrar libros analógicos.
Lo que se persigue con estas fotos es lo que llaman el «wow factor» y, por ello, sus autores ya no se conforman solo con la transición entre la cara de la portada del libro y la cara o el cuerpo de quien se presta para la fotografía, sino que la sofisticación cada vez es mayor, y se extiende a las localizaciones. Así, la puesta en escena de estas fotos (igual que un reportaje de tendencias) requieren cada vez de más preparación.
Dicen los bibliotecarios que #BookfaceFriday es una estrategia para cambiar la percepción de las bibliotecas, pues uno al pensar en ellas siempre piensa en textos escritos. De esta manera, con estas fotos curiosas, los bibliotecarios llaman la atención sobre esa vibrante parte visual que también tienen los libros, la portada. Y, además, dice Liana Flumiani en The New York Times, es una forma fabulosa para mostrarles a nuestros usuarios «lo divertidos que somos». Con ello, quieren los bibliotecarios mandar un mensaje de complicidad a los lectores: podéis preguntarnos lo que queráis, estamos aquí para ayudar y no tenemos nada mejor que hacer. No somos unos cascarrabias, ni estamos siempre de mal humor (pero muchas veces lo parece, vaya). Y este (el espacio de la biblioteca), quieren decirnos los bibliotecarios, no es nuestro, es de todos. Pertenece a la comunidad.
es autor del libro de relatos Fin de fiestas (Suburbano, 2014), además de crítico literario y miembro de la AECL (Asociación Española de Críticos Literarios). Escribe sobre arte y cultura para diferentes medios impresos y digitales. Forma parte del equipo editorial de Hermano Cerdo.
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