Taekwondo Ch’ang Hon: un camino de 34 años

nk

El general Choi y su Demo Team frente a la estatua del presidnte de Corea del Norte (y creador de la idea Juche), 1980

 

El próximo 11 de abril se cumplen 60 años de la “creación” del Taekwon-do, que en realidad fue el  día en que se hizo el primer intento por darle ese nombre.  Acá repasamos el proceso técnico y teórico que -antes y después de esa fecha- transformó el primitivo Tang Su Do con base en Shotokan en el actual Taekwon-do ITF. 

***

1918

Si estás leyendo este artículo seguramente ya sabés quién fue Choi Hong Hi. Te pido disculpas, entonces, pero vamos a permitirnos. Porque es imprescindible para entender lo que sigue, hacer un breve repaso de su vida, al menos hasta 1946. Después esa fecha esta será inseparable de su creación: el Taekwon-do.

Hong Hi fue el menor de los 8 hermanos Choi. Nació, pequeñísimo y con  una frágil salud, en el año del Caballo de 1918, en Yongwon, una pequeña aldea del norte de Corea. Ese año el invasor japonés -desde 1910 Corea estaba bajo gobierno nippón, aunque el hostigamiento venía al menos desde 1894- arrestó y mató a 140 mil coreanos sospechados de resistir al Imperio del Sol.

Cuando Choi Hong Hi contaba con 15 años -expulsado del sistema escolar por participar de una protesta antijaponesa- su padre lo mandó a estudiar caligrafía con el maestro Han Il Dong quien también, con la intención de fortalecer su débil cuerpo, lo instruyó durante 13 meses en el antiguo arte coreano del T’aekkyon, un híbrido entre lucha, juego y danza, que estaba prohibido por los japoneses desde 1919.

Cinco años después, en 1938, cuando a instancias de su padre estaba por irse a estudiar Japón,  perdió todo el dinero que tenía para sus estudios en una partida de poker, a manos de un enorme luchador de nombre Haak Sun Hu.

Le rogué que me devolviera algo del dinero que me había ganado -contará Choi de aquella noche- pero se negó diciéndome que el propósito de jugar cartas era hacer dinero, no regalarlo. Cuando ya se disponía a marcharse, tomé una botella de tinta que tenía cerca y se la arrojé. La botella se estrelló en su frente y cayó desmayado. La tinta y la sangre se escurrían por la cara, tomé el dinero de su bolsillo y corrí a casa

Choi acababa de ganarse un peligroso enemigo.

Yo sabía que jamás podría regresar a casa sin haber aprendido alguna forma de defensa personal”, dirá años después.

En Japón, donde fue obligado a vivir bajo un nombre de esa procedencia, Yuseki Nishiyama (Valiente Piedra de la Montaña del Oeste), además de cursar la enseñanza secundaria practicó Karate Shotokán  recibiendo en dos años de duro entrenamiento el grado de 1er Dan y después de otros dos, en  1942, el de 2do. Ese año regresó a Corea. Dice la leyenda que al verlo entrenar golpeando un árbol, el grandote Haak decidió olvidar la ofensa del poker y la botella de tinta.

En esos años los acontecimientos se suceden vertiginosamente: en 1943 Choi es uno de los 43 mil coreanos obligados por el invasor japonés a unirse a su Ejército en el marco de la Segunda Guerra Mundial y en el ’44 uno de los 29 (un número importante en su vida) que protagonizan el Incidente de Pyongyang, el intento huir para unirse a la guerrilla de resistencia de Kim Il Sung, futuro presidente comunista de Corea del Norte. Fracasada la revuelta Choi va preso, viviendo en la cárcel en condiciones infrahumanas. En mayo del ’45 lo condenan a 7 años de prisión por desertor. Pero en julio, con la rendición de Japón, es liberado y regresa a Yongwon. Dos meses más tarde se instala en Seul y se enrola en la Academia Militar Coreana, futuro Ejército de Corea del Sur, donde enseña Karate. Es entonces cuando un Teniente Choi, de menos de 30 años, empieza a cuestionarse el enseñar un arte marcial japonés a soldados coreanos después de años de opresión japonesa. De ese cuestionamiento nacerá la necesidad y el proyecto de crear, según palabras del propio Choi, “un nuevo arte marcial coreano basado en movimientos científicos y con una mentalidad afín con los soldados coreanos”: el Taekwon-do empieza a nacer.

 

1946

Choi recordará siempre el año ’46 como aquel en el que creó su primera técnica (aunque sería más preciso decir que generó la primera modificación a una técnica del Karate): la defensa baja.

En la defensa original japonesa –Gedai Barai, la misma que con otro nombre se usaba y se usa en el Tang Su Do- el brazo que defiende está extendido frente a la pierna que avanza, quedando el puño sobre la rodilla. En la versión de Choi -que se llamará Najude Makgi– el antebrazo defiende frente al abdomen. Moviendo el brazo unos 10 centímetros hacia adentro el joven teniente Choi pone la piedra fundacional de su estilo.

de KRT a TKD_phixr

1954

El ahora General Choi, junto a su lugarteniente -el experto en Tang Su Do y encargado del entrenamiento de los 100 mil soldados de la 29° División de Infantería- Nam Tae Hi prepararon, como parte de los festejos por el aniversario del Primer Cuerpo de Ejército, una exhibición para el presidente de Corea del Sur, Rhee Syng Man, con 50 artistas marciales. A esa exhibición, que de alguna manera decidiría el nacimiento del Taekwon-do, la recordaremos en este artículo tan sólo porque allí fue presentada Hwa Rang, la primera de las Formas (hoy Tules, entonces todavía Hyongs), del proto-Taekwon-do. Hwa Rang fue creada por Nam y Han Cha Kyo basándose en una Forma de Tang Su Do y bautizada en honor a un grupo de elite de jóvenes guerreros de la dinastía Silla, hace aproximadamente 1400 años.

Poco después el General Choi ordenó la construcción de nuevo Kwan en una de sus bases militares, el Oh Do Kwan, y al mismo tiempo fue nombrado director de uno civil, el prestigioso Chung Do Kwan, ampliando así un feudo marcial en el que desarrollar su propio estilo.

kike ferrari

El autor

1959

Cuatro años después del bautismo de su arte marcial como Taekwon-do (aunque apenas los dos Kwanes que él y Nam dirigían usaran ese nombre) y dos después de la muerte de Funakoshi, el General Choi publicó su primer manual: Tutorial Introductorio del Taekwon-do. El libro que resultó ser prácticamente una versión del Karate-do Nyumon, de Funakoshi.

No será hasta un año más tarde que, en la nueva versión del libro, presentará su segundo aporte teórico-técnico, el primero de real importancia, a la  nueva disciplina: La Teoría del Poder. Con palabras de ese libro intentaremos un breve resumen que la explique.

Basada en el trabajo de Newton y con el objetivo de conseguir la máxima potencia que cada practicante pueda (una persona promedio utiliza solamente del 10% al 20% de su potencial. Cualquiera, independientemente del sexo, la edad o el tamaño, puede acondicionarse para utilizar el 100% de su potencial y realizar las devastadoras técnicas propias del Taekwon-do, explica Choi en esa versión del libro), la Teoría del Poder consta de seis partes:

  1. 1.                    Fuerza de reacción (Ban Dong Ryok)- :a toda fuerza se le opone una fuerza igual y de sentido contrario.”
  2. 2.                    Concentración (Jipjung):involucra dos aspecto (…) a) concentración de la fuerza sobre una superficie reducida (…) b) Concentración de la fuerza proveniente de los distintos grupos musculares involucrados (comenzando por los del abdomen y cadera, teóricamente más lentos que los pequeños músculos de las otras partes del cuerpo), y la herramienta apropiada para utilizarla en el momento adecuado.”
  3. 3.                    Equilibrio (Kyun Hyong):Manteniendo el cuerpo bien balanceado, los golpes serán efectivos (…) El equilibrio se clasifica en dinámico y estático, pero están tan íntimamente relacionados, que el máximo poder se obtiene cuando el equilibrio estático es apoyado por el dinámico.”
  4. 4.                    Control respiratorio (Ho Hup): “La respiración controlada no sólo afecta la resistencia y la velocidad. También puede acondicionar el cuerpo para recibir un golpe, o para aumentar el poder de un ataque dirigido contra un oponente.”
  5. 5.                    Masa (Sok Do):La masa corporal involucrada en una técnica determinada, debe ser la mayor posible para desarrollar la mayor fuerza.”
  6. 6.                    Velocidad (Jilryang) : “La fórmula para calcular el poder de una técnica es simplificadamente 

P = 1/2 M x V x V

P = poder

1/2 = constante

M = masa

V = velocidad

Si se incrementa la masa con un factor de 3, dejando la velocidad constante, el poder también se incrementará con un factor de 3. Pero, si se incrementa la velocidad con un factor de 3, dejando la masa constante, el poder se incrementará con un factor de 9 (por lo que) se deduce que la velocidad es el factor más importante del poder.”

 

1962

Los cambios políticos en Corea del Sur -un nuevo golpe de estado, una dictadura más feroz que la anterior- repercuten en la joven arte marcial y en sus creadores. En 1961 la Asociación Coreana de Taekwon-do es rebautizada como Asociación Coreana de Tae Su Do (un nombre híbrido entre Taekwon-do y Tang Su Do, algo así como el Camino del Puño Vacío) y en 1962 el General Choi es destinado como embajador en Malasia.

Ese mismo año publica la 3er versión de su Manual, ampliado y traducido al inglés.

Lo cierto es que, salvo por el nombre, el Taekwon-do todavía se ve igual que el Tang Su Do: los mismos desplazamientos circulares de piernas, la misma concepción del tiempo, el centro de gravedad y la distancia; incluso, salvo por cuatro Formas -la ya mencionada Hwa Rang, Choong Moo (también creada por Nam), Ul Ji (creada por Han Cha Gyo) y Gae Baek (creada por Choi Chang Keun)- se siguen practicando las de Karate.

El siguiente bienio lo dedicará Choi con sus más estrechos colaboradores (Kim Jong Chan, Bok  Kam Man, Jae Woo Lim) a generar las nuevas Formas (“cuando llegó el verano de 1964 habíamos completado 20 de las 24 formas”, dirá) que reemplacen a las antiguas de origen japonés, aunque en varios casos estén fuertemente basadas en estas últimas. Como ejemplo de eso  podemos ver Won Hyo junto a Heian Nidan. 

Pero, más allá de la originalidad o los grados de complejidad de los Tules, la principal diferencia que estos presentan con respeto a las Katas japonesas tiene que ver con los nombres: mientras  las Formas karatekas referían a animales y otras metáforas naturales, las del Taekwon-do son bautizadas con nombres de patriotas y guerreros coreanos, fortaleciendo el espíritu antimperialista del nuevo arte.

Los últimos cuatro serán formulados recién en 1966. Choi llamará al sistema completo de Tules Ch’ang Hon (uno de sus apodos)  y dirá de ellos: “Representa las 24 horas: un día, toda una vida”.

 

1965

Ya de regreso en Corea, Choi es elegido otra vez presidente de la Asociación Coreana de Tae Su Do (“para atrapar a un cachorro de tigre, hay que meterse a la jaula del tigre”, explicará, usando un antiguo proverbio coreano) a la que vuelve a cambiar el nombre a Taekwon-do, aunque renuncia a los meses para fundar, ya en 1966, la Federación Internacional de Taekwon-do (ITF). Aquella temprana ITF cuenta con apenas diez países miembros: Corea, Vietnam, Malasia, Singapur, Alemania Occidental, Estados Unidos de América, Turquia, Italia y Egipto. Dos años después alcanzará la treintena de países y en poco tiempo tendrá millones de practicantes en todo el mundo.

Los dos símbolos más representativos del Taekwon-do ITF son creaciones de personas que ya nombramos en este texto: el escudo es obra de Kim Jong Chan y el “árbol” que hay en las espaldas de los Doboks de Choi Chang Keun, ambos miembros del equipo del Gral. Choi que en Malasia trabajo en la construcción de los Tules Ch’ang Hon.

Pero volvamos a 1965: la versión de ese año del Manual (ahora titulado simplemente Taekwon-do) incluye varias técnicas nuevas, haciendo especial hincapié en las patadas con salto y giros. Sirva como ejemplo la patada que le muestra Jong Soo Park -uno de sus más estrechos colaboradores, campeón coreano de combate y antiguo alumno de Nam- y que Choi ajusta y corrige para luego bautizarla Bandae Dollio Chagui (giro talón), la cuál con una leve modificación, flexionando la pierna al momento del impacto, se transforma a su vez en Bandae Dollio Gorochagui (giro gancho).

Estas innovaciones hacen que, aunque siga siendo un arte marcial sin armas basado en patadas y puñetazos, el Taekwon-do empiece, ahora sí, a diferenciarse de manera real del Karate y el Tang Su Do, sobre todo por la pericia técnica que requiere -y el riesgo que conlleva- incorporar en un combate real patadas con salto o con giros de 180°.

Como contrapartida en esa edición del libro todavía hay 20 Formas propias y 9 de Karate.

 

1972

Es el año del comienzo del exilio del Gral. Choi -un exilio que será definitivo- y de la instalación de la ITF en Canadá. También es el año de la aparición de su quinto libro sobre Taekwon-do.

El libro del ’72 es el primero que tiene un apartado de técnicas de pie (Jokgi Daeryon en esa edición, Bal Matsogi en las posteriores), incluyendo varias provenientes, ahora sí, del antiguo T’aekkyon, con muchas esquives, salidas a los lados, patadas dobles, patadas de defensa y ataques circulares que alejan al Taekwon-do otro poco del lineal Tang Su Do.

Al mismo tiempo, su creciente popularidad hace que distintas artes marciales vayan adoptando técnicas propias del Taekwon-do, tales como el Yop Chagui con la pierna de adelante en varias escuelas de Kung Fu. Quizá lo más significativo sea la apropiación –a mediados de esta década– por parte del Karate de una técnica propia del Taekwon-do: la Goquen I Chagui (o patada descendente recta, llamada así para diferenciarla de la tradicional Nerio Chagui, o descendente en abanico) que en el Karate se llamará Kakato Otoshi.

 

1980

Llegamos así al año fundamental del proceso de desarrollo del Taekwon-do, cuando se da la que será última innovación técnica que hace a la identidad del arte marcial del Gral. Choi y que es, a la vez, la más importante: el movimiento ondulatorio. Una onda que se realiza bajando primero, con un fuerte trabajo de rodillas, para después subir y, aprovechando la gravedad, golpear de arriba hacia abajo.

Además de su probada efectividad, el movimiento ondulatorio dotó al Taekwon-do de un ritmo y una belleza propias (y únicas en las artes marciales, aún a costa de perder un poco de sorpresa) logrando el viejo anhelo de diferenciarse de manera radical y definitiva del Karate, en el cual el centro gravedad es siempre bajo.

6(6)

Por último, dos cosas más suceden en 1980.

La primera es que el Gral. Choi, y por lo tanto el Taekwon-do ITF, se mudan a la comunista Corea del Norte donde vivirá hasta su muerte, en 2002. Sobre esto dirá algunos años después: “En los países capitalistas, conocí a muchos instructores de Taekwon-Do que no estaban realmente calificados como tales y que abrían escuelas solo para hacer dinero. Me hice a la idea de producir instructores de Taekwon-Do en Corea del Norte que no estuvieran contaminados por el comercialismo occidental. De esta forma, la verdadera filosofía y técnicas del Taekwon-Do podrían continuar su desarrollo

La segunda, fuertemente relacionada con la anterior, es que cambia, por única vez, uno de los Tules.

El nombre de una de las Formas de 2do Dan (Ko Dan, bautizada así en homenaje a Cho Man Sik, un educador cristiano norcoreano puesto en prisión por el régimen comunista en 1946) es reemplazada por Juche, llamada así en honor a una idea filosófica que supone al ser  humano dueño del mundo y de su propio destino.

Se dice” –se puede leer en la última versión de la Enciclopedia del Taekwon-do del Gral. Choi, del año ‘96– “que la idea Juche floreció en el monte Baedku que simboliza el espíritu del pueblo coreano”.

Lo que la Enciclopedia omite decir es que la idea Juche fue formulada por el presidente de Corea del Norte Kim Il Sung y es el principal armazón teórico al comunismo nacionalista coreano.

 

2015

El Taekwon-do cumple 60 años. En un reportaje que el presidente de una de las tres ITF que hay en la actualidad  -el hijo del Gral Choi, el GM Choi Jung Hwa- dio a una revista argentina el año pasado señalaba que estaban trabajando en reducir el movimiento ondulatorio para volver a las raíces. De igual forma los kiaps entran y salen de los Tules cada algunos años. Hasta Juche, en algunas organizaciones, volvió a ser Ko Dan. Esto muestra que, posiblemente, el Taekwon-do sea ya un sistema cerrado, en el que las innovaciones no son tales sino modificaciones de lo ya modificado. Y que, aunque la fecha de fundación es una efeméride más bien formal, hay sí un recorrido, un camino que tomó 34 años: entre que el joven teniente Choi movió unos cuantos centímetros el brazo en la defensa baja  hasta que el veterano General le dio a las artes marciales una onda pronunciada antes de golpear.

 

by Kike Ferrari

tiene 42 años. Es cinturón negro de Taekwon-do. Nació y vive en Buenos Aires. Ha publicado siete libros, entre novela, cuentos y ensayos. En marzo de 2015 estuvo en México en las ferias del libro de Nezahuacóyotl y Atzcapotzalco, invitado por la Brigada para Leer en Libertad, y en la Universidad de Toluca, presentando sus novela Que de lejos parecen moscas, elegida mejor primera novela de género negro del 2012 en la Semana y finalista de dos premios en Francia, y Punto ciego, co-escrita con Juan Mattio.

One Reply to “Taekwondo Ch’ang Hon: un camino de 34 años”

  1. 1
    Emilio Colina Vº Dan TKD ITF

    ¡Excelente reseña! Yo comencé a practicar en 1976 en un pequeño país de Sudamérica y, pese a que he vivido de forma un tanto abrupta los distintos saltos técnicos (cambios de nombres, de técnicas, etc.) nunca tuve muy claro el porqué, ni de dónde venían. Les echábamos la culpa a los instructores, o que no sabían, o que inventaban, o que lo habían entendido mal…pero ahora queda claro…ni siquiera había ondulación hasta 1980…¡uff!

+ Leave a Comment